Ventanas de Aluminio

En el vibrante corazón de Loja, una ciudad que palpita con historia y tradición, nació una empresa que cambiaría el paisaje urbano y los sueños de un joven visionario. Era 1977, y un niño de apenas 11 años llamado Wilmar Quezada, con una determinación que superaba con creces su corta edad, comenzó su trayectoria en Aluvisa.

Desde temprana edad, Wilmar demostró un talento innato en la fabricación e instalación de productos de aluminio, convirtiéndose rápidamente en uno de los pilares de la empresa. Pero su ambición trascendía las paredes de Aluvisa; anhelaba ser su propio jefe y llevar sus habilidades al siguiente nivel.

Sin embargo, la economía local no ofrecía las oportunidades que él merecía. Fue entonces cuando tomó una decisión valiente: emigrar a la bulliciosa Quito a la edad de 22 años. Allí, entre los vaivenes de trabajos diversos, desde la albañilería hasta otras labores, encontró un taller especializado en aluminio y vidrio. Y en ese taller, encontró algo más: el amor de su vida y futura socia.

Uniendo sus destinos en matrimonio, Wilmar y su esposa Silvia  abrieron las puertas de una nueva aventura empresarial en 1990, dando vida a ALUVISA, un tributo a sus raíces en Loja. Desde entonces, su pasión por el aluminio y el vidrio ha sido el motor que impulsa cada proyecto, cada creación.

Hoy, con 34 años de trayectoria, ALUVISA se erige como un referente en el mercado, gracias a la confianza y fidelidad de una clientela que reconoce la excelencia en cada detalle. Hemos colaborado con renombrados contratistas y arquitectos, dejando nuestra huella en edificaciones emblemáticas de la ciudad.

En ALUVISA, no solo construimos estructuras de aluminio y vidrio; construimos sueños, construimos confianza y, sobre todo, construimos un legado de calidad y excelencia que perdurará por generaciones.